Casualidades.
Y pensar que pudimos no habernos conocido!
¿No meditas cuán buena nuestra fortuna ha sido
para que al fin estemos uno del otro al lado,
para que seas mío, para ser yo tu amada?
“El uno para el otro nacimos… Así dices.
Pero ¡qué coincidencias para ser tan felices!
Antes de que en la vida, con un amor profundo,
la suerte unido hubiera tu corazón al mío
-siendo el tiempo tan largo, siendo tan grande el mundo-;
vivimos separados, solos, con hondo hastío…
¡Y pudimos entonces, por capricho del hado,
en el haz de la tierra no habernos encontrado!
¿No has pensado, en el arduo sendero recorrido,
en los peligros graves y azares que ha corrido
nuestra dicha -esa dicha, manantial de ilusiones,
que el mundo entero ahora nos hace ver hermosos
cuando el uno hacia el otro, con poder misterioso,
gravitaban callados nuestros dos corazones?
Nunca te había dicho, ¡cosa muy rara!, que
cuando por vez primera te vi, no me fijé
en que eras tú bonito; lo digo francamente:
te miré aquella tarde con aire indiferente.
Con su risa, tu amigo mi tedio distraía;
fue más tarde cuando ambos cruzamos la mirada,
y si algo sentí entonces que hacia ti me atraía,
tú no lo comprendiste… Mas no me atreví a nada.
Corazoncito mío, que me apartas lo triste
de la vida, y alegras con luz mi porvenir…
Pienso enaquel dia cuando la pasamos tan bien y
estuviste ahi en aquel tiempo en que ninguno de los
dos; teniamos momentos de angustia.
Destellos
Publicar un comentario